No es precisamente en este autobús en el que hemos vuelto a casa, pero si es el que nos llevó de Lumbini a Kathmandu, durante 19 horas, por motivo de unos desprendimientos en la carretera, hicimos amigos y amigas en el camino, reímos, comimos, subimos y bajamos del bus, gastamos bromas, aunque no nos entendían, pero asi se hizo más agradable el retorno.
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