Surge de entre los pétalos frágiles,
Ella surge para soñar su vuelo,
Donde florece.
Pero en la hiena ardiente,
En el fuego imperioso pues destruye,
ardor de sus dientes,
No importa ser hombre mujer o niño,
Alma inocente al cabo,
Adonde toda sangre es poca
Y la injusticia mortífera consume;
Pero no desesperéis un aleteo o viento
Que aliente al corazón su pulso,
Porque aun mayor el miedo,
Toda libertad late siempre.
Poema: Jorge Villalobos
Fotografía: Javier Rodriguez
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