9 sept 2014


LA DOLIENTE DAMA

Llama a mi puerta la doliente dama
de la mano en los ojos.
Porque a veces le abro.
Me visita cuando tiembla mi casa,
sordomuda de risas o voces,
y se sume en azul.

La hago pasar.
La guío,
la siento junto a mí en el olvido.
Quimeras por las uñas
si mira.
Y así lleva las palmas a los ojos.

A veces la reclamo
y acude sin tarjeta pues ya la reconozco.
No llora.
Se duele con las manos.
Me baila con los pies en los tabiques,
desangra por los dedos
y me mancha el sofá impunemente.

Cuando se va me extingo
como animal extraño.
Reniego de mis manos,
me tapo con los codos los ojos colorados.

Y quedo petrificada en sal
pues osé dar la vuelta.

La dama doliente de mi pecho
en Agua infecta habita,
menesterosa clama,
me acrecienta el ayer…..
…Y no madrugo.


Carmen Roldán S. Del Corral


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